Comentario
Cualquier análisis de la planta del templo leonés conduce invariablemente hacia modelos franceses. Pedro Navascués indica que se trata de una fábrica inequívocamente francesa. En efecto, la referencia a la planta de la catedral de Reims, no por tópica es menos cierta; de menores proporciones, la catedral leonesa se configura espacialmente por tres naves divididas en cinco tramos (la francesa lo hace con nueve) y un gran crucero desarrollado mediante la adición de tres tramos y dos naves laterales. Remata en la cabecera con un profundo presbiterio que debe dar cabida al coro; está rodeado por la girola a la que abren dos capillas de planta rectangular en los extremos y cinco hexagonales en disposición radial. Se cubre con bóvedas de crucería, algunas restauradas en el siglo XIX, que siguen los modelos del siglo XIII. La disminución del número de tramos de las naves, la ya referida organización del crucero y la unidad de estilo, confieren una nota distintiva al diseño de la iglesia de Santa María de Regla que se manifiesta a través de la vaga enunciación de un concepto espacial centralizado.
Los primeros cuerpos de las torres, necesarios para la neutralización de los empujes longitudinales del edificio, se concluyeron al mismo tiempo que la construcción del buque. Su disposición independiente de las fachadas mitiga el carácter ascensional, característico de las construcciones francesas, para acercarse a una invariante de la arquitectura hispana.
La definición de los muros sintetiza fórmulas de Chartres, Reims y Amiens, para hacer una liviana división tripartita, compuesta por dos grandes ventanales separados por un triforio muy diáfano que en la práctica disuelve el muro en función de la luz. La configuración final del edificio como una armónica y equilibrada composición es el resultado de la fusión coherente de distintas notaciones estéticas entre las que destacan la propia morfología gótica, las funciones de los nuevos espacios litúrgicos y la audacia constructiva que lleva hasta sus últimas consecuencias las posibilidades de las estructuras arquitectónicas puestas a punto en la Isla de Francia.
Desde el punto de vista arquitectónico no se produjeron grandes noticias en el siglo XIV. Solamente se puede conjeturar que durante ese tiempo se proyectó el claustro y concluyó la construcción de la torre Norte, en la que se abrieron una cámara y el cuerpo de campanas con interesantes cubiertas góticas y su remate exterior en forma de flecha maciza.